domingo, 21 de noviembre de 2010

como Nicolas Cage en Leaving Las Vegas

No se si Nicolas Cage tuvo que hacer tareas del hogar en la película. Seguramente entre alcohol y problemas interpersonales el guión no dio más de sí. En fin, el domingo Silvia no estaba en plenas condiciones físicas y tuve que hacer algunas tareas extra, con todo el gusto del mundo, que para eso estamos (sobre todo en caso de enfermedad).

Siempre me pongo algo de música para amenizar la situación. AC/DC nunca falla, Pete Doherty, algo rápido que te ayude a coger ritmo, para escapar de la repetición que se crea cuando lavas los platos, por ejemplo. Sin embargo, esta vez fue diferente. No quería poner música demasiado potente para no molestar a mi compañía, y elegí un grupo que encontré en el iPhone que llevaba bastante sin escuchar: "Ella Baila Sola". No paséis por alto lo metafórico de la situación, ya que en aquel momento, en el silencio de la cocina, yo tambien estaba "bailando solo". (Gracias por no cerrar la página ahora mismo, os prometo que no hay más chistes).

Sí, tengo que reconocer que Marta y Marilia me gustaron en algún momento de mi vida, y todavía me gustan; no se si es la reminiscencia de momentos pasados en los que me agradaron, o quizá que sus letras de amor y relaciones ahora cobran aún más sentido para mi que entonces. Me decanto por una mezcla de las dos. En fin, al terminar las tres canciones que tengo de "Ella Baila Sola", continué con mi silenciosa labor, esta vez al ritmo de Amaral. Aquí la cosa ya se puso seria interviniendo incluso a dúo Miguel Bosé en una de las canciones, que se alargaron hasta la mítica "Toda la Noche en la Calle".

Tan pronto como Amaral terminó de cantar, de no ser porque las tareas habían llegado también a su fin, habría continuado, motivadísimo con el pop español que tantas sensaciones me transmitió en el pasado, con "El Canto del Loco", grupo que antaño veneraba pero que la propia evolución del ser humano me hizo descartar automaticamente.

Debo decir que este tipo de música me acompañó alegremente mientras lavaba los platos, ejercicio que no requiere el más minimo uso de actividad cerebral. Es el ritmo perfecto que necesito para no pensar, y que me permite no romper vasos y platos que podrían acabar destrozados por causa del "Air Drum" en el caso de estar escuchando AC/DC.

Mi reflexión de hoy no consiste en el pop español y su variadísimo repertorio, sino en cómo cambia una persona a lo largo de su vida. De buenas a primeras, dejé atrás un género musical, acompañado de una serie de cambios en mi vida, para terminar indagando muy a fondo en un género mucho más antiguo y avanzado como es el rock y sus múltiples derivados.

Nunca hubiera dicho que abandonaría a "El Canto del Loco" cuando cantábamos sus canciones a voz en grito, bajando en coche con Blanky, del campamento en la Serranía de Cuenca en dirección a la ciudad, así como nunca hubiera pensado que lavar los platos era tan reconfortante cuando yacía tumbado en la cama de mi hogar familiar, bajo la seguridad y comodidad del lavavajillas.

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